En este caso, hablamos con dos estudiantes de un pequeño pueblo de la provincia de Cuenca, Campillo de Altobuey: Nerea Martínez, estudiante de Biología en Alicante, y Laura López, estudiante de diseño gráfico en Valencia. 

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Ambas dan su punto de vista sobre el mundo de los tatuajes y coinciden que hoy en día siguen existiendo prejuicios en la sociedad y que se deben a que se interpretan por el lado delictivo que tenían las personas que antiguamente se tatuaban, ya que se relacionan con presos o excarcelarios. 

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Si fuesen empleadas ¿contratarían a una persona tatuada? Este ha sido uno de los aspectos con opiniones dispares y han argumentado su punto de vista y piensan diferente, pero asguran que en el caso de tener problemas con un cliente de su negocio por tener a un empleado con adornos corporales, analizarían la situación y tomarían medidas al respecto.

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Para las personas tatuadas hay en trabajos limitaciones en cuanto a la visibilidad de los tatuajes de cara al público. Nerea Martínez lleva un tatuaje y asegura que se pensaría mucho el taparse o quitarse un tatuaje por trabajo. Esta barrera que, en ocasiones, se pone a los trabajadores provoca que parte de la sociedad se reprima a la hora de tatuarse por miedo a ser rechazada/o para un puesto de trabajo.

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En cuanto al mundo de la comunicación y los tatuajes, ¿se tomarían enserio a un periodista tatuado? ¿aparecerán presentadores con tatuajes? ¿estarían bien visto o por el contrario se rechazarían?