top of page

ENTREVISTA

Berta López: “Queda mucho hasta normalizar el tatuaje como cualquier otra expresión estética de la personalidad

REPORTATTOOS ha podido hablar con Berta López, conquense de la  cosecha del año 1983 y que actualmente reside en Barcelona por  motivos laborales. Estudió periodismo en la Universidad  Complutense de Madrid y se incorporó al mundo laboral en  el año 2004, con suerte dentro del sector de la comunicación  para lo que se formó. Exactamente comenzó trabajando en prensa, en El Día de

Cuenca en el cual estuvo 8 años. También ha colaborado

con Cosmopolitan durante 3 años en la sección Sexo y Relaciones.

Actualmente y desde hace cuatro años trabaja como autónoma en comunicación para empresas, eventos, instituciones… y en Cuenca, su ciudad, es la Jefa de Prensa de la Junta de Cofradías.

En este caso hemos querido conocer su opinión respecto los prejuicios que se siguen viendo en la actualidad en cuanto al mundo del tatuaje y más concretamente su experiencia en el mundo laboral como periodista y en muchas ocasiones de cara al público porque, sí, ella también va tatuada.

Berta López. Fotografía cedida por Berta López

En el año 2005, a la edad de 20 años decidió tatuarse por primera vez, así que acudió al salón de belleza de la madre de una amiga para tatuarse en la espalda un kanji pequeñito que se suponía que era su nombre (Berta) en chino, pero que, en realidad, significaba cereza. Por ello, más tarde sobre el año 2012, decidió tapárselo con el tatuaje que lleva actualmente en la espalda, un mosaico con los rostros de sus cuatro gatos y que ocupa la parte superior de su espalda.

Sus tatuajes guardan un gran significado para ella. El tatuaje de la espalda es especial porque tras pasar por un periodo de depresión, sus gatos fueron una razón muy importante para levantase cada mañana.

No sólo lleva media parte superior de la espalda tatuada, sino que también tiene el brazo derecho totalmente tatuado en el que representa un tatuaje alegórico que incluye un retrato de su hermano, una deidad humano-gatuna y un reloj que es una flor horaria de Moo y que simboliza nuestro tiempo vital. Todos sus tatuajes son del mismo artista, Jon Pall, un tatuador islandés que trabaja en un estudio de tatuaje en Barcelona llamado LTW.

No se reprime a la hora de tatuarse por cuestiones laborales y además le encanta hablar de ellos y que le paren por la calle para preguntarle, sobre todo y para nuestra sorpresa la gente mayor que se para con curiosidad para mirarlos porque realmente le gustan, rompiendo un poco los esquemas en cuanto a que la gente mayor es más reticente que el resto con este tipo de adornos en la piel.

 

Sin más, esperamos que disfrutéis con esta entrevista como hemos disfrutado nosotras hablando con ella.

PREGUNTA: Hoy en día ¿crees que sigue habiendo prejuicios sobre las personas tatuadas? ¿A qué crees que puede deberse este problema?

 

RESPUESTA: Sin duda. Aunque los tatuajes son una expresión artística corporal cada vez más extendida y, por lo tanto, aceptada por la sociedad, en mi opinión todavía existe una amplia base de prejuicio hacia los tatuajes, especialmente en el caso de las mujeres. En general, es posible que todavía se deba a la asociación que se hacía del tatuaje con la mala vida. En el caso de las mujeres, el hecho de que haya más prejuicio hacia ellas por estar tatuadas me parece más una cuestión de machismo que de otra cosa. Una mujer tatuada es una mujer que, a ojos de los demás, no cumple con el canon “femenino” establecido por una parte de la sociedad. Una mujer tatuada es una mujer libre y, para una parte importante de la sociedad, una mujer libre es una amenaza.

P: Las personas tatuadas, en ocasiones, son prejuzgadas, ¿crees que puede deberse a que antes se usaban para marcar a presos o ex carcelarios y la sociedad lo sigue viendo como algo que viene ‘de lo malo’? En resumen, ¿Crees que la sociedad no ha evolucionado?

 

R: Pienso que la sociedad no evoluciona en conjunto, sino que evoluciona el individuo y, con él, la sociedad. Parece un trabalenguas ¿eh? Me explico mejor. Para que haya un verdadero cambio social y una percepción generalizada de ese cambio, primero debe haber un porcentaje elevado de personas que hayan cambiado su forma de pensar en cualquier sentido; por ejemplo en el que nos ocupa: despenalizar el tatuaje como forma de expresión de individuos de baja estofa. Lo que esto significa es que la sociedad va a remolque del cambio, porque la gente cambia primero. En el caso de los tatuajes, hay muchos sectores/grupos sociales que ya los ven como algo natural, sobre todo dependiendo de en qué país o ciudad nos movemos. Sin embargo, todavía queda un porcentaje mayor de personas que no los ven con buenos ojos. ¿Podemos decir que la sociedad no ha evolucionado? Yo pienso que no. Pero sí podemos decir que no lo ha hecho lo suficiente y que le queda mucho hasta normalizar el tatuaje como cualquier otra expresión estética de la personalidad, sin más. Todavía nos queda mucho hasta que llevar un tatuaje sea considerado por la sociedad en su conjunto como algo tan natural como llevar reloj

 TATUAJE Y EMPLEO 

P: Y en el caso de las empresas, ¿crees que hoy en día sigue habiendo prejuicios en las empresas cuando contratan a personas tatuadas?

 

R: Sí, sin duda. Esta pregunta también admite, no obstante, matices en la respuesta. En concreto, dos: uno que tiene que ver con el sector laboral y otro, con el lugar en que esté radicada la empresa. Y es que, aunque los prejuicios hacia el tatuaje en el mundo laboral existen, sí se está dando en los últimos años una mayor apertura en algunos sectores concretos: hostelería, comercio, actividades asociadas al ocio e, incluso, televisión (entretenimiento). En cuanto a la cuestión geográfica, no es lo mismo buscar trabajo tatuada en Cuenca que buscarlo en Barcelona. Mientras que en Cuenca es motivo disuasorio, en Barcelona está de moda. Es muy muy común que todo el personal de una tienda (y hablo de un Zara, un Stradivarius o un Gucci, tanto me da) vaya más o menos tatuado y, en hostelería por ejemplo – para locales con nuevos conceptos de negocio como restaurantes veganos, hípsters, coctelería… - los tatuajes son un valor añadido en muchos casos, porque combinan con la estética del negocio. Y eso aquí. Fuera de nuestro país, el tatuaje está mucho más normalizado, tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo pero que han tenido el tatuaje como una expresión artística tradicional, por lo que se asocia a la fuerza, el valor, el honor… Sin embargo, no todo fuera es bonito para las personas con tatuajes. En Japón, por ejemplo, el tatuaje es prácticamente un estigma social, ya que se asocia a la Yakuza. De hecho, tatuarse está tácitamente prohibido.

Berta López. Fotografía cedida por Berta López 

 

P: ¿Por qué crees que hay sectores de trabajo donde rechazan a personas tatuadas?

 

R: Por prejuicios, por desconocimiento… Todos juzgamos. Y lo que juzgamos es lo que vemos. Si tú eres un empresario que asocia el tatuaje a la mala vida y viene una persona tatuada a pedirte trabajo, no la vas a mirar igual que si no tuvieras ese prejuicio. La única forma de terminar con él es educar. Educar en que el tatuaje es una expresión artística, accesible a personas de cualquier estrato social y que, por supuesto, no determina ni la personalidad ni la valía. Tatuarse es como teñirse el pelo, como decidir llevar o no traje, como elegir calzado. Tatuarse es mostrar la personalidad a través del adorno. Solo que, ese adorno, es (casi) para siempre.

P: ¿Por qué crees que hay sectores de trabajo donde rechazan a personas tatuadas?

 

R: Por prejuicios, por desconocimiento… Todos juzgamos. Y lo que juzgamos es lo que vemos. Si tú eres un empresario que asocia el tatuaje a la mala vida y viene una persona tatuada a pedirte trabajo, no la vas a mirar igual que si no tuvieras ese prejuicio. La única forma de terminar con él es educar. Educar en que el tatuaje es una expresión artística, accesible a personas de cualquier estrato social y que, por supuesto, no determina ni la personalidad ni la valía. Tatuarse es como teñirse el pelo, como decidir llevar o no traje, como elegir calzado. Tatuarse es mostrar la personalidad a través del adorno. Solo que, ese adorno, es (casi) para siempre.

P: Eres licenciada en periodismo, ¿en algún momento de tu vida te han juzgado a la hora de contratarte en una empresa por llevar tatuajes?

 

R: Esta pregunta es difícil de responder. Lo haré a través de dos preguntas: ¿He perdido algún trabajo por llevar tatuajes? No. ¿Me he autocensurado los tatuajes – cubrirlos, no decir que los llevo – para alguna colaboración puntual, o para alguna entrevista de trabajo? Sí. No sabría decir si me han juzgado por los tatuajes, en cuestiones laborales (fuera de la empresa sí). Lo que sí puedo decir es que, si sé que el medio en el que voy a colaborar puede no ver adecuados los tatuajes (por ejemplo, televisión), los oculto para evitar situaciones incómodas.

 

P: ¿En algún trabajo has sido contratada y te han pedido tapar ciertos tatuajes para dar una buena imagen? ¿O has rechazado un trabajo porque te han pedido o exigido que tienes que taparte algún tatuaje?

 

R: A la primera pregunta, sí, pero solo en una ocasión. En general, mis tatuajes solo se ven en verano (llevo tatuada la espalda y el brazo izquierdo, completo) y de momento no se ha dado el caso de que algún cliente (actualmente llevo cuatro años trabajando en comunicación corporativa) o medio de comunicación (para los que hago colaboraciones esporádicas) me hayan pedido que los cubra, en verano. En prensa y radio nunca me han dicho nada y en televisión me autocensuro yo. La ocasión de la que hablaba más arriba tuvo lugar en Ifema el año pasado. Acudí con un cliente a una feria, como Gabinete de Comunicación (en abril). Hacía muchísimo calor así que me quité la chaqueta (y claro… el tatuaje del brazo es MUY visible). El cliente me pidió que llevase manga larga al día siguiente y que, si podía aguantar el calor, me pusiera la chaqueta. Sus palabras literales fueron “a mí me da igual, pero mis clientes…”. Ya no trabajo con este cliente, por decisión propia.

"Si sé que medio en el que voy a colaborar puede no ver adecuados los tatuajes (por ejemplo, tv), los oculto para evitar situaciones incómodas"

P: Cuando comenzaste a adornar tu piel ¿pensaste en los problemas que podrías encontrar en un futuro por ir tatuada en cuanto al mercado laboral?

 

R: Sí, claro que lo pensé. Sobre todo porque mi entorno se encargó de recordármelo con pasión (jajajaja). Es inevitable pensar que, si te tatúas, te cierras puertas. Y es inevitable pensarlo porque es la realidad (aunque en mi caso no haya sido así, o no de una forma que me haya afectado en realidad, sí que suele pasar). Sin embargo, yo defiendo la libertad, llevada a sus máximas consecuencias. Una empresa es libre de no contratarme por ser una persona tatuada (y si metemos el componente de género del que os hablaba en la primera pregunta, ya ni os cuento). Sin embargo, yo también soy libre de tatuarme. Sé que a muchas personas puede parecerles una irresponsabilidad. Sobre todo si traemos LA FRASE: “Conforme está de mal el trabajo…”. Decimos esto y ya sirve para todo: Conforme está de mal el trabajo… no te tatúes, no tengas hijos, no te cases, no protestes. ¿No? Pues no. Pienso que no debemos perder la perspectiva. Que un empleo, aunque sea el empleo de tu vida, no debe condicionar la vida personal de nadie. Nunca. Hay límites que el trabajo NO debe rebasar. La vida personal es la línea roja. Se pueden hacer algunas concesiones (taparlos, elegir para ellos un lugar que habitualmente no muestras…) pero eso no significa que esté de acuerdo con que se renuncie a algo que es inherente a la persona por un puesto de trabajo. Entre otras cosas, porque un tatuaje no hace que trabajes mejor ni peor. Y, si lo único que ve de ti una empresa es el físico… mal vamos. Mal vamos. Si importa más que lleves o no tatuajes que el curriculum y lo que sepas hacer… mala cosa.

 

P: ¿Qué le dirías al jefe de una empresa que cierra las puertas a personas por el hecho de ir tatuadas y que juzgan en ocasiones la profesionalidad de la persona por llevar adornos en la piel?

 

R: En realidad no le diría nada. ¿Para qué? Quien más pierde, a la larga, es él. Sobre todo teniendo en cuenta que la práctica del tatuaje está cada vez más extendida en nuestra sociedad (y fuera lleva décadas creciendo). Lo vemos incluso en Cuenca, donde antes casi no encontrabas lugar para tatuarte y ahora, cada vez que regreso (vivo en Barcelona por cuestiones personales) han abierto un estudio nuevo. En Barcelona, lo extraño es encontrar a alguien que no vaya tatuado. Ese jefe que juzga o que no contrata por los tatuajes se está cerrando el espectro de elección y perdiendo la oportunidad de contar con los mejores, por seleccionar o descartar en función del físico. ¿Qué pasa si todas las personas que se presentan para un puesto van tatuadas? Es absurdo. Pensándolo mejor, puede que sí le dijera algo: “qué pena”.

Si lo único que ve de ti una empresa es el físico... mal vamos... si importa  más que lleves o no tatuajes que el currículum y lo que sepas hacer...     

P: ¿Crees que es lógico que haya personas que se eliminen tatuajes para encontrar trabajo acorde a lo que han estudiado?

 

R: No. Como decía más arriba, hay ciertas líneas que la empresa no debe traspasar. Una cosa es pedir amablemente al trabajador o trabajadora que oculte sus tatuajes si no son acordes con la imagen de la empresa o con lo que esperan de ella los clientes. Pero intervenir en el físico del posible empleado… a mí personalmente me parece una barbaridad. ¿Y si lo pensáramos al revés? ¿Qué opinaríamos de una empresa que te obliga a tatuarte?

 TATUAJE Y COMUNICACIÓN

 

P: ¿Crees que en un futuro podrían aparecer presentadores de informativos (RTVE, La 2, Antena 3…) con tatuajes muy visibles (brazos, cara, manos…)?

 

R: Sinceramente, en nuestro país no. En programas de entretenimiento sí, pero en informativos… el camino que nos queda por recorrer en cuanto a aceptación social del tatuaje es todavía muy largo. Pienso que en otros países también es poco probable, pero aquí lo veo una quimera. Eso sí, que no les veamos los tatuajes no quiere decir que no los lleven. Al final, todo es una cuestión de hipocresía. Aquello de “la mujer del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo”. Si parece que no los llevas… pues es como si no los llevaras. Apuesto a que la mayoría de mis clientes no sabrían que llevo tatuajes si no fuera porque aparecen en mis fotos de Whatsapp y de perfiles en redes sociales, porque prácticamente toda nuestra comunicación es vía e-mail. ¿Por qué los muestro en mis RRSS entonces? Porque no tengo nada que ocultar. Yo voy a ser la misma profesional si los ven como si no. Y, la verdad, yo no me tatué para esconderlos.

 

P: Se suele decir que lo que no sale en televisión, no existe, “no está bien visto o normalizado” ¿Crees que falta aceptación en el mundo del tatuaje porque no se visibilizan en la tele lo suficiente?

 

R: Hombre, yo pienso que en este sentido sí hemos dado un paso adelante, especialmente mirándonos en el espejo que es Estados Unidos. Cuando todavía existía Digital Plus (seguro que ninguna de vosotras se acuerda, me estoy poniendo en modo señora mayor jajajajaja), descubrí un programa que se llamaba Miami Ink. En él, narraban el día a día de un estudio de tatuaje en Miami. Si ya me gustaban los tatuajes, no os quiero ni contar lo que supuso aquello para mí. De aquel programa salió otro, L. A. Ink, con la tatuadora Kat Von D como protagonista (una mujer que, por cierto, está haciendo una gran labor de visibilización del tatuaje e incluso tiene una línea propia de maquillaje para Sephora, con pigmentos de larga duración inspirados en las tintas del tatuaje). Aquellos programas inauguraron todo un género, que incluso copiamos aquí con Madrid Ink, un programa sobre un estudio de tatuajes madrileño que, aunque no estaba demasiado bien realizado (en mi opinión), sí daba visibilidad al mundo del tatuaje en nuestro país. Entre la amplia oferta de cadenas de televisión que tenemos ahora mismo hay, al menos, cuatro programas diferentes de tatuajes. Y no solo eso: en España se celebran dos grandes ferias en torno al tatuaje, la Barcelona Tattoo Expo y Mulafest en Madrid; ambas suelen tener espacio en los medios, también en televisión. El tatuaje está ahí. Aparece en televisión. Pienso que la falta de aceptación tiene más que ver con la dificultad para extirpar un prejuicio. Lo vemos todos los días, con demasiados ejemplos. A lo que deberíamos aprender es a no juzgar antes de tiempo. Y a respetar la libertad del otro para con su cuerpo. A eso también.

Para finalizar, la protagonista de la entrevista, la conquense Berta López nos ha cedido una serie de fotografías en la que podemos observar sus adornos corporales de los que nos habla durante la entrevista. Podemos observar incluso imágenes mientras le están tatuando.

bottom of page